Sevilla, una ciudad cargada de historia para un turista

[:es]sevilla archivo de indias
Sevilla es una ciudad milenaria que, junto a Venecia y Génova, puede presumir de poseer uno de los tres cascos antiguos más grandes de toda la vieja Europa, y que encierra entre sus límites un patrimonio cultural y artístico de primera magnitud y belleza. Si quieres saber más sigue leyendo y si estás decidido a venir, mete en la maleta calzado cómodo, palo de ‘selfy’ y cámara fotográfica, porque tendrás mucho que ver y fotografiar… Nosotros nos encargaremos de que vuelvas con una sonrisa.
Parafraseando la célebre frase de Jesús: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”… “Dad al turista lo que es del turista y a Dios lo que es de Dios”, porque para atraer a un turista a un determinado punto del planeta hay que ofrecerle no sólo un bonito y espectacular lugar que visitar, rica gastronomía, paseos y jardines de ensueño, monumentos únicos, espacios culturales…
Sino algo más, porque hasta aquí muchos lugares cumplen, y Sevilla puede vanagloriarse de todo este patrimonio y mucho más, ya que suma como valor añadido, una original música y baile cargados de sentimiento y pasión, como el flamenco, espectáculos con riesgo y arte, como el toreo, un romántico río navegable, como el Guadalquivir, el trato amable y alegre, como la ‘gracia’ de los sevillanos… y, también, una valiosa trayectoria histórica llena de acontecimientos que enriquecen el alma y la sabiduría del visitante. Y de esto último te vamos a hablar en este post.
Los orígenes de Sevilla son tan antiguos que están envueltos de misterio. Se remontan a finales de la Edad de Bronce, a un asentamiento de nombre indígena Spal, que según los griegos perteneció a la carismática y desconocida primera civilización occidental, la de los Tartessos, de la que poco se sabe pero de la que se han escrito multitud de leyendas. Sin embargo, algunos eruditos defienden que Spal fue fundada por los fenicios.
Desde el año 206 a. C., estuvo bajo dominación del imperio romano tras desbancar al cartaginés. Los romanos cambiaron su nombre por el de Hispalis y dejaron una importante huella, tanto en Sevilla, como en sus alrededores; por ejemplo, a sólo 8 kilómetros se encuentran los conocidos y valiosos restos arqueológicos de la influyente ciudad de Itálica (actual Santiponce) y cuna de famosos emperadores romanos.
Más tarde, en la Edad Media, fue corte de reinos visigodos y capital de al-Ándalus tras la invasión árabe en el siglo VIII d. C. Tras varios siglos de sometimiento musulmán, Sevilla heredó un valioso legado y fue rebautizada con el nombre de Isbiliya que, con el paso del tiempo, derivó al actual de Sevilla. Como dato curioso, en esa época Sevilla fue saqueada dos veces por los vikingos que aprovecharon el caudaloso río Guadalquivir para llegar con sus barcos y, a pesar de las intensas guerras contra los cristianos, no fue reconquistada por la Corona de Castilla hasta el año 1248.
Otro acontecimiento que convulsionó al mundo e influyó sobremanera en esta ciudad andaluza fue el descubrimiento de América en 1492. Sevilla pasó a ser el centro económico del incipiente imperio español y a través de su puerto empezaron a llegar inmensas riquezas y mercaderías que financiarían el despegue de la ciudad en todos los ámbitos, administrativo, artístico… Un florecimiento que continuó hasta el s. XVI, el Siglo de Oro español, pero que inició su declive económico en el XVII coincidiendo contradictoriamente con el momento artístico más prolífico de la ciudad, el Barroco.
Diversas pestes y epidemias redujeron la población a la mitad en el siglo XVIII, que remontó a mediados del s. XIX con la llegada del ferrocarril, para volver a vivir otra época ‘dorada’ a principios del siglo XX con la Exposición Iberoamericana de 1929, donde se levantaron edificios tan emblemáticos como la Plaza de España y jardines tan románticos como los del Parque de María Luisa.
Todos estos vaivenes históricos, civilizaciones perdidas, pueblos conquistadores, movimientos culturales, estilos artísticos y demás avatares, construyeron unos sobre otros un venerado e impresionante conjunto artístico arquitectónico, el mayor catalogado en Europa, que tiene como representantes principales tres monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: la Catedral, que incluye la preciosa torre campanario de la Giralda y que es la basílica gótica más grande del mundo, el Alcázar, que es el palacio real en activo más antiguo en Europa y el Archivo de Indias, que guarda documentos de incalculable valor de la conquista de América.
… Y otras construcciones civiles, militares y templos no menos importantes ni vistosos como: las Murallas, la Torre del Oro, el Barrio de la Judería, el Palacio de San Telmo, la Alameda de Hércules, la Fábrica de Tabacos, la Antigua Audiencia, la Universidad, la Casa de Pilatos, de Salinas, el Palacio de la Condesa de Lebrija, el de los Marqueses de Algaba, el Hospital de las Cinco Llagas, la Basílica de la Macarena, del Gran Poder y del Santísimo Cristo de la Expiración, la Iglesia de San Luis de los Franceses, el Convento de las Teresas, el Monasterio de la Cartuja, la Capilla de la Estrella, de los Marineros, del Carmen, de San José, el Ayuntamiento, el Casino, la Plaza de Toros de la Maestranza, el Castillo de San Jorge… Y museos como la Hemeroteca Municipal, el Archivo Histórico Provincial, el Militar, el Naval, el de Bellas Artes, el Arqueológico, el de las Artes y Costumbres Populares, la Casa de la Ciencia… de Sevilla… Sino quieres perderte ninguno visita este enlace https://www.visitasevilla.es/es/que-ver
Pero Sevilla no se ha estancado, ni ‘dormido en los laureles’, ni parado en el tiempo, ha seguido evolucionando para deslumbrar al turista con más novedades arquitectónicas y más actividades. Ha sabido adaptarse a los tiempos modernos y liderar su región como capital de la Comunidad Autónoma de Andalucía. En 1992 la ciudad sufrió una importante transformación y modernización con la celebración de la Exposición Universal, que dejó nuevas infraestructuras para mejorar la llegada de visitantes, el Parque Tecnológico de la Cartuja, el Parque de Atracciones Isla Mágica, el Teatro de la Maestranza, la Universidad…
Y ya en nuestros días, Sevilla está poniendo los cimientos para un futuro prometedor con iniciativas como: el Acuario Nuevo Mundo, la Torre Cajasol, el Puerto Delicias, el Metropol Parasol, la escultura de madera más grande de Europa…
Me imagino que te habrás dado cuenta de que esta ‘laaaaarga’ historia se habrá forjado también con ilustres y célebres personajes verdaderos y ‘ficticios’, y habrá inspirado a todo tipo de artistas, sobre todo del Romanticismo, que han plasmado su belleza en obras pictóricas, musicales… e, incluso, cinematográficas, pero estos temas será objeto de otro post para más adelante.
Eso sí, te adelantamos que nuestro personaje de hoy, el turista, debe hospedarse entre muros y columnas que hayan ‘soportado’ parte de esta historia, como los del Hotel Palacio de Villapanés que, humildemente, quiere “dar a Dios lo que… le corresponde”, es decir, las gracias por haber creado una ciudad tan maravillosa como Sevilla.
Foto: Fotolia[:en]sevilla archivo de indias
Sevilla es una ciudad milenaria que, junto a Venecia y Génova, puede presumir de poseer uno de los tres cascos antiguos más grandes de toda la vieja Europa, y que encierra entre sus límites un patrimonio cultural y artístico de primera magnitud y belleza. Si quieres saber más sigue leyendo y si estás decidido a venir, mete en la maleta calzado cómodo, palo de ‘selfy’ y cámara fotográfica, porque tendrás mucho que ver y fotografiar… Nosotros nos encargaremos de que vuelvas con una sonrisa.


Parafraseando la célebre frase de Jesús: “Dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”… “Dad al turista lo que es del turista y a Dios lo que es de Dios”, porque para atraer a un turista a un determinado punto del planeta hay que ofrecerle no sólo un bonito y espectacular lugar que visitar, rica gastronomía, paseos y jardines de ensueño, monumentos únicos, espacios culturales…
Sino algo más, porque hasta aquí muchos lugares cumplen, y Sevilla puede vanagloriarse de todo este patrimonio y mucho más, ya que suma como valor añadido, una original música y baile cargados de sentimiento y pasión, como el flamenco, espectáculos con riesgo y arte, como el toreo, un romántico río navegable, como el Guadalquivir, el trato amable y alegre, como la ‘gracia’ de los sevillanos… y, también, una valiosa trayectoria histórica llena de acontecimientos que enriquecen el alma y la sabiduría del visitante. Y de esto último te vamos a hablar en este post.
Los orígenes de Sevilla son tan antiguos que están envueltos de misterio. Se remontan a finales de la Edad de Bronce, a un asentamiento de nombre indígena Spal, que según los griegos perteneció a la carismática y desconocida primera civilización occidental, la de los Tartessos, de la que poco se sabe pero de la que se han escrito multitud de leyendas. Sin embargo, algunos eruditos defienden que Spal fue fundada por los fenicios.
Desde el año 206 a. C., estuvo bajo dominación del imperio romano tras desbancar al cartaginés. Los romanos cambiaron su nombre por el de Hispalis y dejaron una importante huella, tanto en Sevilla, como en sus alrededores; por ejemplo, a sólo 8 kilómetros se encuentran los conocidos y valiosos restos arqueológicos de la influyente ciudad de Itálica (actual Santiponce) y cuna de famosos emperadores romanos.
Más tarde, en la Edad Media, fue corte de reinos visigodos y capital de al-Ándalus tras la invasión árabe en el siglo VIII d. C. Tras varios siglos de sometimiento musulmán, Sevilla heredó un valioso legado y fue rebautizada con el nombre de Isbiliya que, con el paso del tiempo, derivó al actual de Sevilla. Como dato curioso, en esa época Sevilla fue saqueada dos veces por los vikingos que aprovecharon el caudaloso río Guadalquivir para llegar con sus barcos y, a pesar de las intensas guerras contra los cristianos, no fue reconquistada por la Corona de Castilla hasta el año 1248.
Otro acontecimiento que convulsionó al mundo e influyó sobremanera en esta ciudad andaluza fue el descubrimiento de América en 1492. Sevilla pasó a ser el centro económico del incipiente imperio español y a través de su puerto empezaron a llegar inmensas riquezas y mercaderías que financiarían el despegue de la ciudad en todos los ámbitos, administrativo, artístico… Un florecimiento que continuó hasta el s. XVI, el Siglo de Oro español, pero que inició su declive económico en el XVII coincidiendo contradictoriamente con el momento artístico más prolífico de la ciudad, el Barroco.
Diversas pestes y epidemias redujeron la población a la mitad en el siglo XVIII, que remontó a mediados del s. XIX con la llegada del ferrocarril, para volver a vivir otra época ‘dorada’ a principios del siglo XX con la Exposición Iberoamericana de 1929, donde se levantaron edificios tan emblemáticos como la Plaza de España y jardines tan románticos como los del Parque de María Luisa.
Todos estos vaivenes históricos, civilizaciones perdidas, pueblos conquistadores, movimientos culturales, estilos artísticos y demás avatares, construyeron unos sobre otros un venerado e impresionante conjunto artístico arquitectónico, el mayor catalogado en Europa, que tiene como representantes principales tres monumentos declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco: la Catedral, que incluye la preciosa torre campanario de la Giralda y que es la basílica gótica más grande del mundo, el Alcázar, que es el palacio real en activo más antiguo en Europa y el Archivo de Indias, que guarda documentos de incalculable valor de la conquista de América.
… Y otras construcciones civiles, militares y templos no menos importantes ni vistosos como: las Murallas, la Torre del Oro, el Barrio de la Judería, el Palacio de San Telmo, la Alameda de Hércules, la Fábrica de Tabacos, la Antigua Audiencia, la Universidad, la Casa de Pilatos, de Salinas, el Palacio de la Condesa de Lebrija, el de los Marqueses de Algaba, el Hospital de las Cinco Llagas, la Basílica de la Macarena, del Gran Poder y del Santísimo Cristo de la Expiración, la Iglesia de San Luis de los Franceses, el Convento de las Teresas, el Monasterio de la Cartuja, la Capilla de la Estrella, de los Marineros, del Carmen, de San José, el Ayuntamiento, el Casino, la Plaza de Toros de la Maestranza, el Castillo de San Jorge… Y museos como la Hemeroteca Municipal, el Archivo Histórico Provincial, el Militar, el Naval, el de Bellas Artes, el Arqueológico, el de las Artes y Costumbres Populares, la Casa de la Ciencia… de Sevilla… Sino quieres perderte ninguno visita este enlace https://www.visitasevilla.es/es/que-ver
Pero Sevilla no se ha estancado, ni ‘dormido en los laureles’, ni parado en el tiempo, ha seguido evolucionando para deslumbrar al turista con más novedades arquitectónicas y más actividades. Ha sabido adaptarse a los tiempos modernos y liderar su región como capital de la Comunidad Autónoma de Andalucía. En 1992 la ciudad sufrió una importante transformación y modernización con la celebración de la Exposición Universal, que dejó nuevas infraestructuras para mejorar la llegada de visitantes, el Parque Tecnológico de la Cartuja, el Parque de Atracciones Isla Mágica, el Teatro de la Maestranza, la Universidad…
Y ya en nuestros días, Sevilla está poniendo los cimientos para un futuro prometedor con iniciativas como: el Acuario Nuevo Mundo, la Torre Cajasol, el Puerto Delicias, el Metropol Parasol, la escultura de madera más grande de Europa…
Me imagino que te habrás dado cuenta de que esta ‘laaaaarga’ historia se habrá forjado también con ilustres y célebres personajes verdaderos y ‘ficticios’, y habrá inspirado a todo tipo de artistas, sobre todo del Romanticismo, que han plasmado su belleza en obras pictóricas, musicales… e, incluso, cinematográficas, pero estos temas será objeto de otro post para más adelante.
Eso sí, te adelantamos que nuestro personaje de hoy, el turista, debe hospedarse entre muros y columnas que hayan ‘soportado’ parte de esta historia, como los del Hotel Palacio de Villapanés que, humildemente, quiere “dar a Dios lo que… le corresponde”, es decir, las gracias por haber creado una ciudad tan maravillosa como Sevilla.
Foto: Fotolia[:]

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